UNA VOZ PROPIA – LA MIRADA CONTEMPORANEA A 100 AÑOS DE LA LUCHA DE LAS SUFRAGISTAS

MARIE HOEG (OSLO, 1866-1949), "UNTITLED".

MARIE HOEG (OSLO, 1866-1949), «UNTITLED».

 

DE LAS SUFRAGISTAS HASTA «PUSSY RIOT», EL ARTE Y LA LUCHA DE LAS MUJERES POR LA IGUALDAD.

El Museo Malmö de Suecia presenta la exposición “Una voz propia –La lucha de las mujeres por el sufragio y el reconocimiento humano”, una visión retrospectiva de un grupo de artistas contemporáneos que recuerda la irrupción de las demandas femeninas hace 100 años, durante la Exhibición Báltica que se realizó en ese país para mostrar los adelantos técnicos, el refinamiento cultural y el desarrollo del arte alcanzados antes del estallido de la Primera Guerra Mundial.

La Exhibición Báltica congregó a 1700 expositores y tuvo más de 850 mil visitantes, un escenario insuperable para que se manifestaran las mujeres suecas que exigían su derecho a votar, por lo que fue elegida como un acontecimiento clave en la propuesta curatorial elaborada por Marika Reuterswärd y Cecilia Widenheim (curadora y directora del Museo de Arte de Malmö, respectivamente) y Joa Ljungberg (curadora del Moderna Museet de Malmö).

La muestra es una colaboración entre ambos museos y los artistas que intervienen han enfocado sus trabajos en la lucha de las sufragistas así como en la situación general de las mujeres de comienzos del siglo XX y sus posibilidades de participar en los asuntos públicos.

Las obras constituyen un relato acerca de cómo esas mujeres enfrentaron la opresión y conquistaron un trato igualitario, una narración que, al mismo tiempo, va realizando lecturas e interpretaciones de los hechos desde distintas perspectivas.

En la exposición se pueden ver obras de Petra Bauer, Catti Brandelius, Fia-Stina Sandlund y Ann-Sofi Sidén (Estocolmo), Sofia Hultin (Estocolmo/Malmö), Carla Zaccagnini (São Paulo/Malmö), Roxy Farhat (Malmö) en colaboración con Shaza Albatal, Matthijs De Bruijne (Amsterdam), Kajsa Dahlberg (Berlín), Nathalie Djurberg y Hans Berg, Martha Rosler y Andrea Geyer (Nueva York), Johanna Friedman y Hanna Stenman, Unni Gjertsen (Oslo), Maj Hasager (Copenhague), Marie Høeg (Horten/Oslo, 1866–1949), Annica Karlsson Rixon (Gotemburgo y Anna Konik (Berlin/Varsovia).

A través del trabajo de Carla Zaccagnini se pueden ver las galerías de arte que fueron atacadas por las sufragistas entre 1913 y 1914 en Londres y Manchester, lo que representa algunas de las acciones más radicales del movimiento, mientras que la obra de Hasager se enfoca en las figuras clave y heroicas que transitaron su militancia en el anonimato.

En tanto, Unni Gjertsen evoca el lema “hechos no palabras” de las luchadoras y Marie Høeg, activista y fotógrafa, ofrece a través de sus retratos un panorama de los estereotipos sexuales prevalecientes en Noruega a comienzos del siglo pasado.

Por su parte, Andrea Geyer cuenta la historia de las tres mujeres que fundaron el Museo de Arte Moderno de Nueva York a través de obras clave de la colección del MOMA, al tiempo que el movimiento feminista en Malmö es abordado en las películas de Roxy Farhat que destacan el tema de la hermandad.

La cuestión de la historia de las lesbianas de Malmö es el tema central de Sofia Hultin, quien propone un recorrido titulado “Cada lesbiana soy yo”, así como Anna Konik recurre a una experiencia personal en su proyecto “En la misma ciudad, bajo el mismo cielo”, un conjunto de relatos de mujeres refugiadas.

Las fotografías de Annica Karlsson Rixon muestran  un campamento de verano en una hermosa isla de Rusia donde los integrantes de la comunidad LGBT puede reunirse, si sufrir las graves consecuencias de la legislación anti gay impuesta por el régimen.

En la exposición, que se extenderá hasta el 7 de septiembre, también podrá verse el documental acerca del colectivo feminista ruso “Pussy Riot”, que relata la lucha y el encarcelamiento de las jóvenes luchadoras rusas en los comienzos del siglo XXI.

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